
La Noche de Reyes, esa noche en la que los nervios te incapacitan por completo para coger el sueño. Sin duda, es una noche dura y difícil, sobre todo para los renacuajos. Sí, los renacuajos como mi hermana, la pequeña Lunny, cuyo nerviosismo era tal que daba vueltas, vueltas y más vueltas en su confortable lecho sin poder dormirse. Pasaban los minutos e inlcuso las horas, y ella seguía sin poder dormirse mientras se mantenía en su posición básica para esta noche, la famosa postura ECVCRM (Evitar Contacto Visual Con Reyes Magos): tapada hasta la cabeza (manteniéndose en la oscuridad y seguridad propocionada por el edredón, manta, sábana o diversos) cerrando los ojos con fuerza y dando la espalda a ventanas y puertas por donde los Reyes puedan adentrarse en el cálido hogar para depositar sus regalos, y de vez en cuando y con muuuucho sigilo, mirando la hora para tener controlado el horario de entrada y de salida de Sus Majestades Los Reyes Magos y llevarte un chasco al ver que sólo llevas intentando dormirte diez minutos o saltar de la cama al comprobar que la luz del sol entra por a ventana, por lo que la zona está despejada (ya no hay peligro de que en un arrebato de los Reyes por haberles pillado in fraganti al abrir los ojos, abandonen el hogar sin dejar los regalitos) y es la hoooora de levantarse.
Frases típicas de La Noche de Reyes: " No puedo dormir ", " Sigo sin dormirme ", " Y si los veo sin querer ¿qué pasa? ", " Pues una niña de clase dice que los vio... ", " ¿Qué hora es? ", "¿Qué puedo hacer para dormirme? ", etc, etc.
Con la pequeña LuNNy lo de contar ovejitas no funcionó. Así que tuvimos que pasar al plan B, es decir, el momento en que la hermana comprensiva y buena como la LuNNyDiscípula le ofrece a la pequeña Lunny su camita para dormir. Y así, las dos hermanitas dormirían tranquilas, sin nervios, felices y con muuucha ilusión por la llegada de los Reyes. Pero ¡no!...no fue así...fue una tortura, una noche de estrés, calores, sueños interrumpidos...uff. Las dos ahí asadas como dos pollos, la pequeña LuNNy pegada a mí como una lapa, apiñadas sin suficiente espacio, yo a punto de caerme al suelo (casi me pego una buena leche eh)...¿por quéeee?. En fin, tras conversaciones nocturnas, despertares varios, incursiones al tenebroso baño (es que ir a hacer pipi sin encender la luz...da cague), un " tengo sed...traéme agua " y el parte de horarios como cuatro veces a lo largo de la laaaaaaaarga noche por parte de la pequeña LuNNy (¡qué obsesión con la hora tenía!), llegaron las siete de la mañana y la pequeña LuNNy se destapa, se queda toda pancha y espanzurrada y todo el estrés sufrido durante la noche por si sin querer veía a los Reyes desaparece..." Ya no puedo ver los Reyes, ya se han ido " (a mí nunca me dijeron que a las siete de la mañana los Reyes ya habían terminado su entrega...en fin). Después de esto, y cuando por fin pude dormir tranquilamente y muy a gustito, la pequeña LuNNy va y me despierta sin remordimiento alguno diciendo que ya son las nueve menos cuarto: hora de levantarse...Por lo menos el esfuerzo ha tenido su recompensa: los sofás llenos de regalitos (¡Qué majos los Reyes!).
EvEnTo Del DíA: ¡¡¡REBAJAS!!!...ayyy...He saqueado medio Tres Aguas.
FrAsE DeL DíA: " ¡Hooola!..." Loro Molón. Felicito a los Reyes Magos por conseguir que este individuo no haya hecho ningún ruidito durante la entrega realizada a este nuestro hogar...
Mira que insistimos en que los niños deben tomarse una (o cinco) tilita esta noche, pero nada, ¡los padres ni caso!
Sentimos los inconvenientes que los bajitos pueden causar esa noche, pero es una noche complicada para todos, especialmente para nosotros, que tenemos tareas verdaderamente difíciles, tales como sellar la boca a los loros parlanchines, evitar que los globos exploten en momentos inoportunos, tratar de que los envoltorios de los regalos no crujan. En fin, nada que nuestra labor de miles de años no pueda llevar solventar.
De todas formas, como dice el refrán, "quien espera, desespera", pero al final compensa ¿o no?