Oh! Fue ayer, un Sábado normal y corriente, cuando nos desplazamos en el LuNNyCoche hasta el CINEBANK y decidimos alquilar la película esa (de los inseparables hermanísimos Coen) en la que Bardem es un loco (pero que muy loco) con un corte de pelo atrevido (en plan corte a tazón) que va por el mundo atormentando al personal con su botella de aire comprimido. Sí, sí la de No es país para viejos. Sin embargo, no fue hasta bien entrada la noche cuando nos espanzurramos en el sofá para contemplar las peripecias del novio de Pe persiguiendo al marido de Diane Lane (la adúltera sin remordimientos que se lo monta con Olivier Martínez mientras su marido panoli, Richard Gere, no se pispa de nada en INFIEL).Y ¿por qué no vimos la película antes? He aquí los motivos enumerados:
1- No cenamos en nuestro dulce hogar. No, no. Nos fuimos de picos pardos…Cenamos en una terracita al aire libre disfrutando de manjares como una patatitas bravas, unos calamares…Y por supuesto, en la cena no podía faltar, la ya típica movida familiar por el exceso de picante que la PequeñaLuNNy se dedica a engullir como una posesa cada vez que come patatas bravas. Nada que no se pueda solucionar desplazando el plato de su alcance y colocándolo bajo los demás platos para evitar cualquier otro ataque con un trocito de pan hacia la salsa brava por parte de Peque-LuNNy.
2 - Estuvimos un ratillo esperando a que la PequeñaLuNNy se deleitara balanceándose en un columpio, tirándose por un mini-tobogán y trepando por un elemento tipo escalera destinado para la diversión única y exclusiva de los renacuajos y con tendencia a ocasionar leches innecesarias. Pero tranquilos, este elemento-escalera no era de los columpios más enreversados y peligrosos. No hubo ningún accidente.
3 - Unos cantautores salidos de la nada se subieron a un pequeño escenario al lado de nuestra terracita y comenzaron a cantar y a tocar sus guitarras. Antes de que esto ocurriera, pudimos observar como varios hombres y mujeres comenzaban a disponer a su gusto las mesas y sillas de la terracita para colocarlas lo más cerca posible del escenario. Era un lío. La camarera diciendo que no podían traspasar una línea imaginaria y ellos corriendo de aquí para allá con las sillas y las mesas. Cada vez los (y las) toca-narices era más numerosos. Tras largos minutos de desasosiego por su parte (porque veían que no cabían todos al lado del escenario) se tuvieron que dividir en varias mesas (ooooh). Luego, subieron los cantautores bilingües a los que conocían únicamente en su casa de los que los múltiples individuos que habían desordenado todas las mesas de la terracita eran amiguitos. Les contemplamos durante un rato mientras cantaban. Eran un poco monótonos, pero se les cogía cariño. Más tarde, llegó el momento en el que una rubia en plan diva (una de las amiguitas que no se cansaban de aplaudir) acompañada de un tío con perilla subió al escenario. Su nombre era Marina. No hubo la misma expectación cuando subió anteriormente una morena (otra amiguita) quien ante la triunfal llegada de Marina perdió protagonismo, pobre.
CANTAUTOR 1: Que suba Marina ¿no?
CANTAUTOR 2: Sí, sí, que suba…
AMIGUITA MORENA: …
CANTAUTOR 3: Venga sube…
4 - La tentación de no perderse lo que decía el individuo que juega a ser director de academia llamado Ángel Llácer era demasiado grande. Pero, como es propio de él, mintió. Sí, mintió al decir que Miraditas Inquietantes se merecía ganar OT como cualquier otro. ¡Mentira!, porque él no quería que ganara, que lo sé yo. ¡Qué cínico!.
Bien, bien…Procedamos ahora a divagar sobre la película de los Coen.
TÍTULO: No Country For Old Men
ARGUMENTO: Un tío campechano (Josh Brolin) que se dedica a cazar cervatillos y/o animales de anatomía parecida con su rifle de francotirador, cansado de disparar a las pobres criaturitas sin puntería alguna, decide volver a su camioneta y durante su camino hasta dicho automóvil…¡¡SORPRESA!!: se encuentra a varios hombres muertos esparcidos por el suelo con sus mascotas incluidas, pero lo más importante, toda esa masacre con la que se topa sin comerlo ni beberlo le lleva hasta un maletín con ¡¡¡200.000.000 $$$!!!. Vuelve a su caravana más contento que unas castañuelas con su inocente e ingenua mujer y a partir de ese momento, su vida comienza a complicarse. Sí, se convierte en el objetivo del loco más loco del mundo mundial (Bardem). Así que comienza a huir con el dinero. Y nada el loco de la botella de aire comprimido (que según como le pille cambia por una escopeta con silenciador) le persigue reventando cerraduras a su paso y cargándose a todo bicho y/o persona viviente y el pobre campechano de la caravana cada vez se siente más y más acojonado, pobrecillo. Luego, aparece Woody Harrelson (cuya mujer es seducida por un viejo rubio con pasta que le ofrece dinero a cambio de pasar una noche de pasión desenfrenada con ella en UNA PROPOSICIÓN INDECENTE) que busca a Bardem (que, por cierto, se cree un individuo superior ahora que sabe lo que es Hollywood). Y también aparece Tommy Lee Jones, un sheriff viejo que no para de repetir en toda la película que las cosas han cambiado mucho y que busca al tío campechano para supuestamente ayudarle. Se persiguen todos mutuamente.
CALIFICACIÓN: Le pondré un 9 porque yo lo que es el final (final) no lo he pillado, lástima. Muchos OSCAR y mucho rollo, pero luego a mí el final me ha quedado incierto, en fin. Pero vamos, que si no fuera por mi corta e innata capacidad para entender ciertos finales de ciertas películas, yo a la película le pondría un…no sé, no sé…a lo mejor le pondría un 10, es probable.
vaya qe criticona Sandra hija alegrate.Gata cósmica.